martes, 9 de diciembre de 2008

julia Margaret Cameron


Esa imagen me fascina, la mirada y la sensación que me produce son inexplicables o quizás solo es mi fascinación por las alas, aun así a mi consideración su modelos se describe por una mirada tan cristalina que pareciera que abriera las puertas de su interior.

Una de sus preocupaciones era realizar obras genuinas, captar la belleza ideal que emana del rostro de sus modelos. Sus retratos de primeros planos son en realidad primerísimos planos tal vez con una intención metafísica. Se ve en estos retratos de Cameron una clara influencia de una corriente de pensamiento muy de moda en la
Inglaterra de la época que es la frenología, que sostiene que la inteligencia y el carácter de la persona está marcado en la forma de la cabeza, parece que en ello incide la obsesión por analizar los rostros.



En lo que pude investigar acerca de su obra me toco leer que recibió algunas criticas
por sus defectos técnicos ya que sus fotografías están faltas de
luz, pues sólo aplicaba una pobre iluminación cenital. Sin embargo, concuerdo en que todos estos detalles constituyen el carácter de su obra y agradezco el hecho de que nadie la convenciera de que apartara un poco su cámara del rostro humano que tenía delante, pues en lo particular su pasión acabó por convertirse en ese poético desenfoque que se admira en sus retratos.

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